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Obediencia ciega

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¡No pasan más cosas porque Dios no quiere!

Además de ser muy cierto Ramoncito, me sorprende que un hereje como tú utilice una expresión tan profundamente sacra. ¿Qué es lo que indigna tu pobre y atrofiado cerebro?

Pues que la gente no tiene cabeza…

Si tienen hombre, no se puede vivir sin cabeza…

Que no, me refiero a que no piensan las cosas, y además no le pega hacerse el graciosillo.

Bueno querido, no te enfades, era por romper un poco el hielo.

Es que muere demasiada gente en accidente de tráfico en el mundo como para ir haciendo tonterías con el coche. Me parece totalmente absurdo morir en accidente de tráfico, es una muerte…gratuita. Sobre todo si no eres culpable y te lleva otro por delante.

Hombre Ramoncito, me parece lógico tu punto de vista, pero, es algo inevitable en la mayoría de casos, es…como si te cayera una maceta en la cabeza…inevitable…pero…¿A cuento de qué viene todo esto?

Pues que he leído que han cogido a un tipo en Noruega que conducía a 133 Km/h en una zona limitada a 100 mientras mantenía relaciones sexuales con una mujer…vamos para matarse o matar a otros.

Pobre hombre…¿La habrán detenido a ella? Se merece la cárcel.

¿A ella? ¿Y por qué a ella?...si no conducía.

Vamos a ver Ramoncito. ¿Conoces el experimento de Milgram?

No.

Es curioso que yo conozca el experimento de Milgram y tú no…como eres tan “leído” e internauta.

¡Vaya al grano y no alardee! ¡Cuéntemelo de una puñetera vez!

Resulta que un psicólogo llamado Stanley Milgram realizó un experimento en el que, con la excusa de realizar un estudio sobre la memoria y el aprendizaje, solicitó 40 voluntarios. Se les iba a pagar para participar en dicho estudio que consistía, aparentemente, en una prueba en la que, supervisada por un investigador, dos de los voluntarios representaban roles de maestro y alumno. Se suponía que el papel a representar por cada voluntario se echaba a suertes pero en realidad solo había un voluntario auténtico. El otro supuesto voluntario era un cómplice al que siempre le “tocaba” el papel de alumno. El maestro, osease el sujeto a experimento, realizaba preguntas al supuesto alumno. Si este último fallaba una pregunta se le aplicaba una descarga eléctrica que iba aumentando en intensidad según el número de preguntas erradas. Los voluntarios desconocían que estas descargas eran en realidad falsas y se les advirtió que a partir de cierto nivel provocaban dolor extremo y que podrían llegar a ser peligrosas para la vida del “alumno”.

¿Y qué ocurrió?

Pues observó que bajo la presión autoritaria del investigador, todos los voluntarios aplicaron el nivel de voltaje que producía el dolor extremo e incluso un coma, y, que más de la mitad aplicaron el voltaje máximo que con casi total seguridad producía la muerte; demostrando así que casi cualquier persona puede llegar a realizar cosas horribles sujetos por la obediencia a una autoridad superior.

¿Cómo el nazismo?

Por ejemplo…

¿Y a qué viene todo este rollo de la autoridad y la obediencia?

Ramoncito…el pobre conductor del coche a 133 Km/h solo obedecía las órdenes de una autoridad superior, porque como ya sabrás, nunca digas nunca a una mujer…y aún menos si te pide echar un polvo.

Don Bartolomeo…es usted un dechado de virtudes.

¡Muchas gracias Ramoncito!

Pasión contenida

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¡Que tal Don Bartolomeo! Esta semana pasada habrá disfrutado de lo lindo…¿verdad?

¿Por qué se supone que he tenido que disfrutar Ramoncito?

¡Caramba! Pues por la Semana Santa…como usted es tan creyente y eso.

Pues no la verdad…¿Y tú? ¿Has disfrutado?

Hombre…entre las vacaciones, el calorcillo que ya asoma, las cervecitas y que he de reconocer que las procesiones son un espectáculo en lo artístico y cultural, pues si…mas o menos me lo he pasado bien.

Para que veas, como creyente para mí la Semana Santa es un periodo de culto y recogimiento. No de diversión y vacaciones como lo es para algunos. Como acontecimiento que da sentido a mi religión no considero la Pasión de Cristo como tiempo de asueto. Además, tanta desproporción “artística” no cumple con celebración. Demasiada ostentación innecesaria y tanto cristiano cofrade de un día. La Semana Santa no es Carnaval…seguro que hasta tú participas en alguna procesión.

Pues ahí se equivoca Don Bartolomeo. Aunque me guste toda la parafernalia “semanasantera” no me considero lo suficientemente cristiano como para ser cofrade. Intento ser coherente con mis creencias y creo que hay que ser cristiano y cofrade todo el año para merecer estar ahí. Creo que mi lugar es el de humilde espectador y reconocer el esfuerzo del que si se lo merece aunque la mitad esté solo para figurar y alardear por salir en tal o cual procesión.

Caramba Ramoncito…va ser que al final puede que tengas algo en esa cabeza hueca…¿Has hecho algo más que ver procesiones esta Semana Santa?

Si claro. Pues me he emborrachado todos los días y he intentado follarme a todo lo que se “menea” sin conseguirlo.

No, si ya me extrañaba a mí tanto sentido común…eres una “perla” Ramoncito.

Gracias Don Bartolomeo, igualmente.

Una perspectiva sobre informada

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El mundo está loco Ramoncito…

¿Y eso Don Bartolomeo?

Pues que no a donde vamos a llegar. Padres que matan a su familia y después se suicidan, chavales que van a los institutos con armas y abren fuego contra sus compañeros y profesores…esta juventud crece desorientada, sin respeto, sin valores, nada. Corrupción, delincuencia…

El cambio climático…

Bueno, eso es mentira. Lo del cambio climático es un invento de los “progres” para coartar el crecimiento humano. Si, esos mismos “progres” que nos han metido en la ruina de la crisis. Además, cuando se ha visto que la naturaleza esté por encima del bienestar del hombre.

¿Usted realmente cree las cosas que dice? Hasta hace no tanto tiempo casi todos los países ajusticiaban a muerte a los delincuentes casi por cualquier cosa. Parece mentira que habiéndolo vivido no se acuerde de un mundo en guerra. De una guerra entre hermanos por razones políticas. ¿Asesinos?...la crónica más negra de este país es más relevante y macabra entre los años 30 y los 80, años en los que la esa juventud sin valores como usted dice no había nacido. Crímenes como el de los Urquijo, Galindos,…¿Y los “sacamantecas”?... El Arropiero. Usted me ha contado que antes era común las peleas a navajazos en las tabernas ¡por culpa del fútbol!…
La humanidad jamás ha sido tan civilizada como lo es ahora. Recuerde las barbaridades que se han hecho en otros tiempos, en otras y contra otras culturas. Saqueamos América, inventamos la Inquisición. Ahora incluso España está en la vanguardia de las medidas sociales.
El hecho de enterarnos con pelos y señales de todo, todo, todo lo que ocurre en el mundo no significa que ocurran más cosas que antes. ¿No será que tanta información nos da una perspectiva exagerada de la realidad?

Paparruchas…la gente ahora es más mala que antes y no hay nada más que hablar. Sino mira los niñatos que han matado a la chica de Sevilla. A esos los pasaba por “garrote” despacito despacito.

¡Viva la bondad y los valores de nuestros mayores!...Tiene narices la cosa…

Un cúmulo de despropósitos

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Si consideramos que no se puede hablar de pareja si uno de los dos no se considera como tal, tampoco era de recibo escribir aquí si uno de los autores no quería hacerlo. Aunque si bien Don Bartolomeo no escribe literalmente, sin él no tenía mucho sentido publicar en solitario.
La cuestión es que Don Bartolomeo se había enfadado conmigo. Se ha pasado meses sin hablarme, vamos era un tontería pero como es tan cabezón…

Te estoy escuchando…

Total, hasta que no se le ha pasado el mosqueo, eso sin hablar de las “gripes” y otras cosas…ya se sabe, cuando uno es viejo todo dura más…menos el sexo, que a estas edades es inexistente…

Te voy a dar Ramoncito…

Todo comenzó cuando Don Bartolomeo me invitó a merendar. En un principio le dije no podía, que había quedado con un amigo...era mentira, le estaba preparando una encerrona. Como en el fondo es buena gente me dijo que no importaba, que invitara también a este amigo. La trampa consistía en un intento de aliviar en cierta medida la actitud intransigente de la que adolece Don Bartolomeo para con las gentes de otras razas. Es ahí donde entraba mi amigo Roberto, español de nacimiento pero de padres senegaleses, por lo que básicamente el muchacho es de color. Como diría Don Bartolomeo…”este tío es más negro que mi corazón”.
Los hábitos y costumbres de Roberto son las de cualquier español, como lo es él. En todos los aspectos es como cualquiera que haya nacido en España. Habla castellano sin ningún tipo de acento, sus gustos y aficiones son las comunes al resto y lo único que lo hace “diferente” es el color de su piel, del que por desgracia, no terminamos de acostumbrarnos.
La cosa empezó bien nada más llegar. Don Bartolomeo parecía que estaba viendo el fantasma de su difunta madre cuando al abrir la puerta vio a Roberto. Quedó mudo durante unos segundos antes de invitarnos a pasar.

Que impresión más mala me llevé…Jesús…

Estábamos sentados en el salón y Don Bartolomeo no dejaba de mirar a Roberto fijamente. Reaccionó al cabo de un rato y nos instó a servirnos la merienda. Si bien a mí me lo dijo de forma natural, a Roberto le decía: ¡SIR-VE-TE CA-FE! ¡CO-GE U-NA MAG-DA-LE-NA!
Yo le daba un “oscar” a Roberto por como aguantó la risa durante esos momentos, aunque a decir verdad, este tipo de incidentes le ocurren a menudo.
El momento álgido llegó cuando Don Bartolomeo le preguntó: ¡¿TU A QUE TE DE-DI-CAS?!

Que cabrón…

Calle, calle. Roberto le contestó con normalidad; que si estaba estudiando, que si jugaba al fútbol y tal. Don Bartolomeo quedó mudo, no se lo esperaba. Su actitud condescendiente paso a ser más seria que de costumbre. Le habíamos vacilado y no le sentó muy bien. Parecía una chica a la que el novio le había dejado plantada para ir a jugar a la “play” con los colegas cuando me dijo…”Ramoncito, creía que eras tú eras distinto. Me has decepcionado”…y dejó de hablarme hasta hoy.

Te lo merecías.

¿Pero se dio cuenta que el color de la piel no determina si alguien es bueno o malo?¿Mejor o peor que nosotros?...Porque Roberto se comporta y tiene unas costumbres y forma de ser igual que las nuestras.

Si, ya lo vi. ¿Pero te has fijado que agujeros de la nariz más grandes tiene?

¡¡Don Bartolomeo!!