Buenos días Don Bartolomeo…¿Buenos días? No deber ser muy buenos porque le veo regular.
Ramoncito…estoy ajado.
¿Ajado? Es una palabra no muy habitual en usted. A ver, ¿Qué le pasa?
Pues qué me va a pasar. Llevo casado cuarenta años con esa mujer y jamás la podré entender. Siempre ha sido manipuladora. Es una maestra en el uso de los reproches para hacerme sentir mal y salirse siempre con la suya. No me trata bien, creo que me aborreció cuando se quedo embarazada del segundo. Y lo que menos soporto es que pague conmigo quebrantos que no son culpa mía y con los que no he tenido nada que ver. Esta mañana estoy hundido…Ramoncito, esto será así hasta la muerte. Por eso me siento ajado.
Parece mentira Don Bartolomeo. Con la edad y la experiencia que tiene, todavía no se ha dado cuenta que es un problema de hormonas. Seguro que es la menstruación.
Ramoncito…¿tu eres imbécil?...
Hum, ejem…lo siento. Eso me ocurre por pasarme de listo, no había reparado en su edad. Pero, si tan “ajado” está, porque no se ha divorciado de ella dado que no la soporta.
Hijo mío. Para algunos es lo mejor que le ha pasado en la vida. Para otros es una necesidad. Pero para mí, por mucho que me pese, estar tremendamente enamorado siempre ha sido una maldición.
|
viernes, 26 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario