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El Viejo Loco de la Iglesia

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¿Recuerda que muchas veces le comento que este barrio es un aburrimiento porque aquí nunca pasa nada?

Es cierto…y que así siga. Se ha luchado mucho porque este sea un buen lugar para vivir. No es fácil en los tiempos que corren que todavía haya lugares en esta ciudad que se puedan considerar “barrios”.

Si, ya, vale…pues esta mañana…¿Sabe usted ese viejo loco que siempre está sentado en el banco que hay junto a la iglesia?...Si, ese viejo vagabundo que habla con todo el mundo y que tiene el cura “recogido”.

Si, sé quien es…

Pues se ha muerto. Si, se ha muerto allí mismo, sentado…en el banco. Parecía que estaba durmiendo al solecito y cuando lo el cura ha ido a avisarlo…sería para comer…pues no estaba dormido, la ha palmado. Jamás se me ocurrirá volverme a sentar en ese banco. ¡Que angustia!

¿Tu no sabes quién era ese “viejo loco” del banco, verdad?

No…¿un vagabundo como otro cualquiera? ¿No?

Ramoncito, hace mucho tiempo, a finales de sesenta, esto eran las afueras de la ciudad. Aquí solo había una escombrera y eran tiempos difíciles. Este país estaba empezando a repuntar económicamente y aunque aquí en la ciudad había trabajo, en los pueblos a la gente les costaba más subsistir y muchos vinimos a la ciudad. Ya estaba casado y trabajaba en la fábrica de teléfonos. Mi mujer, embarazada del mayor, y yo vivíamos en una pensión por culpa de la escasez de vivienda; al menos viviendas que nosotros pudiésemos comprar. Entonces un hombre creó una cooperativa que promocionara la construcción de viviendas sociales y asequibles, y, tras mucho pelear, consiguió que el Ayuntamiento le cediera una parcela que no quería para nada a buen precio. La gente se apuntó a esta idea vertiginosamente, entre todos pagaríamos nuestras propias casas con el dinero que íbamos aportando. Pero aquello no era tan fácil, sin este hombre no habría podido conseguirse. Las promotoras de la época denunciaron el proyecto, pero luchó para que un juez lo apoyara y desestimara la demanda en virtud del bienestar social.

Pero este hombre lo hizo para ganar dinero…

Al contrario, le costaba el dinero. Porque cuando alguien fallaba en el pago él cubría ese déficit en la factura de la constructora. De hecho consiguió trabajo para muchos de la cooperativa, muchos vecinos del barrio trabajaron literalmente en su construcción. Al impulsor de este barrio lo conocí gracias a un compañero de la fábrica. Los pisos que se quedaban vacíos eran propiedad de la cooperativa y de la incipiente Asociación de Vecinos y éste como presidente podría haber especulado con el precio de los pisos. Yo compre uno de estos y fue honesto al vendérmelo al mismo importe que habían pagado los demás.

Bueno…¿Por qué me cuenta el origen del barrio?

¡Porque ese pobre viejo loco era ese gran hombre que nos ayudo a muchos a comenzar una vida! ¿¡El nombre de la calle donde está de la iglesia a quién te crees que pertenece!?

Bueno…perdone. Que paradoja morir en tu propia calle…¿Y como acabó tirado en la calle?

Esa es otra historia que ahora no me apetece contarte.

No se preocupe por mí, llore cuanto quiera que yo ya me marcho…y lo siento mucho.

2 comentarios:

CioN dijo...

no enteraremos de por qué estaba en la calle en próximas entregas??

conoceremos el nombre de la calle??

y el del cura??

esto y mucho más en el próximo capítulo

si es que la vida da muchas vueltas, lo dicen los abuelos y algo de razón tendrán

Paralelos dijo...

Habrá una entrega, supongo. Siempre y cuando el viejo me la quiera contar. X·D

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